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  • Foto del escritorCarolina Patiño

Creatividad como virtud: piezas rotas y resiliencia.


Pienso que para abrir la posibilidad a ser creatives es vital despojarnos de la vergüenza de no saber.


Aceptar que no sabemos. Abrazar la ignorancia. Permitirnos explorar, preguntar e imaginar. No sé si es algo que nuestra generación aprendió en el colegio, pero creo que esa ansiedad a que llamaran el nombre de una en voz alta para responder algo preguntado por la docente y tener encima todas las miradas del salón, le hizo (y le hace) daño al proceso de aprendizaje creativo. Recuerdo clarito como en primer semestre de filosofía, profesor y salón incluido nos burlamos por semanas de un compañero porque pronunció mal una palabra en griego (Phronesis), dijo frenesí, al siguiente semestre se cambió de carrera. Yo casi pierdo una materia por que my english no era entonces very good looking, no comprendí el argumento principal de un texto y la docente me hizo reconsiderar mis habilidades racionales y el seguir estudiando esa carrera.


En esa presión académica, la idea de ser mejor que todes, repuntar en notas que no necesariamente se corresponden con los conocimientos aprehendidos e interiorizados, en la competencia y el lucir olvidamos que somos seres en constante proceso de aprendizaje y que no le debemos a nadie saberlo todo, que quizás esa pretensión sea absurda de lograr en una vida.

La cerámica para mi es un constante recordatorio de lo ignorante que soy. Cinco años han pasado desde el día que entré al taller de Sergio Ferro a mi primera clase, he ido armando mi taller y ya sé pellizco, rollito, placa y torno; me falta aprender a vaciar moldes, no cuento con mi propio horno y nunca he participado en una quema, compro engobes y esmaltes listos para uso, y en lo que a mí respecta me falta un universo de cosas por saber de esta técnica que nos congrega en esta comunidad de Entre Grietas.

Si la creatividad es una virtud del carácter, reconocer la ignorancia es un primer paso para alcanzarla.

Nosotres como ceramistes y escultores tenemos la capacidad de crear objetos en tres dimensiones con la arcilla, replicamos el mundo (o lo inventamos) pero ponemos algo nuevo, algo que no estaba: transformamos un material y lo presentamos como una creación. Si vemos la creatividad es una virtud del carácter, un ejemplo para explicarla es la práctica ceramista. Comparto a continuación unas reflexiones desde la Filosofía de la Creatividad y unos ejercicios de activación creativa propuestos por distintes autores para volver a esta idea: ser creatives es un proceso de errores y aprendizajes.


Filosofía de la creatividad


Este apartado tiene como fuente el artículo “La creatividad como virtud del carácter” de Matthew Kieran, profesor de Filosofía y Artes en la Universidad de Leeds desde 2009 hasta 2021. Su investigación se ha centrado en la creatividad (especialmente las virtudes y los vicios creativos), el carácter artístico y las intersecciones entre la estética, la ética y la psicología. Kieran busca responder a las siguientes preguntas: ¿qué significa ser una persona creativa?, ¿cuál es la mejor manera de cultivar la creatividad?, ¿cuándo, dónde y por qué decimos que alguien o su trabajo es realmente creativo? y ¿la creatividad se trata fundamentalmente de poseer algún tipo de capacidad o habilidad asombrosa o hay algo más?.


Para empezar, Kieran dice que la creatividad es una virtud del carácter y no una mera habilidad o capacidad. La luz que eso nos da como artistes, creadores y ceramistes es que podemos llegar a la creatividad desde la práctica y la disciplina y no es un requisito previo ser “creatives”. Cuando se habla de la virtud del carácter hablamos de un concepto que viene de Aristóteles, pues él creía que las virtudes se cultivan día a día. Tener una virtud es haber trabajado consciente y constantemente para ello, es tener una “disposición del espíritu” encaminada a encontrar el término medio entre dos extremos, es decidir la mejor manera de actuar en cada situación y contexto. ¿Qué es eso de encontrar el término medio entre dos extremos? Piensen en el dicho de las abuelitas: ni mucho que queme al santo, ni tan poco que no lo alumbre. En su libro Ética a Nicómaco, Aristóteles da ejemplos claros y prácticos para entender su propuesta. Piensen en el manejo del dinero: un extremo es el derroche y el otro extremo es la tacañería, el término medio (la virtud) está en la generosidad. ¿Cómo se logra ser generoso? Muy sencillo: con la práctica. En ocasiones nos va a pasar que gastamos un poco de más, otras veces dejaremos de gastar en algo importante y otras tantas lo haremos relativamente bien. Lo importante es reflexionar sobre nuestra práctica y ver cómo mantenernos en la generosidad. Así, Aristóteles también nos habla de valentía, templanza, paciencia, ingenio, simpatía (virtudes éticas), de sabiduría, inteligencia y prudencia (virtudes intelectuales).


Cuando hacemos cerámica tenemos que encontrar el término medio en varias partes del proceso práctico: para centrar la arcilla en el torno, para medir la presión que hacemos al subir las paredes de una pieza, en el cálculo de preparación de la pasta cerámica, en la formulación de la barbotina para vaciado, en controlar los grados de temperatura que se requieren en cada quema (según la arcilla y sus características), en la adecuada conjunción entre tipos de engobes y esmaltes para una pieza. También tenemos que encontrar el término medio para el proceso creativo y artesanal: en nuestra paciencia, resiliencia ante el inminente daño, quiebre, deformación, no vitrificación. Se podría de decir que une ceramiste es virtuose en la medida que encuentra el término medio en todas las variables del proceso y logra finalizar una pieza. ¿Y cómo se logra? Con la práctica.


Ahora bien ¿qué quiere decir que la creatividad es una virtud? ¿es el término medio entre qué extremos? Aristóteles da luces sobre cómo encontrar ese término medio, y nos dice que hay unas preguntas orientadoras que ayudan mucho a no equivocarse o a reducir el margen de error: ¿qué? ¿cómo? ¿cuándo? ¿dónde? ¿de qué manera? ¿por qué? ¿para qué? ¿con quién? Es decir, antes de tomar una decisión moral o intelectual resolver esas preguntas ¿qué voy a hacer? ¿cómo lo voy a hacer?... etc. Si la creatividad es una virtud del carácter, responder estas preguntas en nuestra práctica es algo que aporta al proceso artístico. Sería una virtud que nos ayuda a entender (y aceptar) que cada arte tiene sus exigencias y por ello demanda de nosotros aceptación, constancia y dedicación: ¿qué pieza voy a crear? ¿cómo la voy a desarrollar? ¿cuándo la voy a hacer? ¿dónde la voy a hacer? ¿de qué manera? ¿por qué voy a hacer esa pieza? ¿para qué? ¿con quién?


Una definición de creatividad



Primero que todo ¿qué es la creatividad? Kieran piensa que para ser creativo no basta con hacer cosas creativas, pues puede ser el caso de que alguien sea creativo por accidente o en contra de su voluntad (pone el ejemplo de una persona que sufre un derrame cerebral y que intenta escribir, pero que solo logra dibujar garabatos muy lindos y que se podrían catalogar como “creativos”). Más bien, creatividad en un sentido más fuerte y profundo implica, como dice otro gran teórico de la creatividad “un propósito relevante (al no ser puramente accidental), cierto grado de comprensión (al no utilizar procedimientos de búsqueda meramente mecánicos), cierto grado de juicio (sobre cómo aplicar una regla, si se trata de una regla) y una capacidad de evaluación dirigida a la tarea en cuestión” (Gaut, 2010, p. 1040).


Esto quiere decir que, si queremos ser creatives, tenemos que ponernos a la tarea de serlo. No es un accidente. Es un trabajo de tiempo y dedicación. También es un asunto de paciencia: encontrar un propósito los suficientemente fuerte como para ponernos a practicar a diario. Además, debemos saber lo que hacemos, es decir, debemos investigar y aprender cada día algo nuevo. También debemos entender las reglas del arte que queremos aprender; en el caso de la cerámica, debemos aprender constantemente cómo se comporta la arcilla, engobes, esmaltes, temperaturas y tiempos de secado. Esto solo se aprende del error; entonces, hace falta cometer errores y tener la valentía de reconocerlos.


Motivación y creatividad


Ahora bien, la pregunta del por qué (¿por qué voy a hacer esa pieza?) siempre va a responder a la motivación que tenemos para decidir o no hacer algo. Sobre eso, Kieran dice que cuando la creatividad se rige por la motivación extrínseca (reconocimiento social, razones que suceden fuera del ámbito propio) y no por la intrínseca, es mucho menos probable que alguien sea creativo.


La motivación determina la atención, la previsión de posibilidades y la apertura a la revisión de los fines a medida que avanza el trabajo. Si la motivación es intrínseca, es más probable que un sujeto asuma riesgos, que preste atención de forma abierta a lo que ha hecho, que contemple distintas posibilidades y que se oriente por el pensamiento en la acción hacia la realización de los valores inherentes de un ámbito determinado. Cuando la motivación es extrínseca, es más probable que alguien adopte la forma más fácil y menos imaginativa, formulista y simplista de crear algo. ¿Por qué? El asunto es sencillo: cuando trabajamos al servicio de objetivos extrínsecos a menudo nos alejamos de los valores intrínsecos del ámbito artístico. De ahí que la excelencia creativa dependa de estar motivado por los valores intrínsecos de aquel ámbito en el que queremos ser creativos.


Además, la motivación para ser sensible, responder a la luz de y actuar en aras de las razones y valores relevantes internos a un ámbito determinado puede estar más o menos arraigada en el carácter de una persona. Cuanto más arraigada esté la motivación intrínseca, más creativa será una persona en un ámbito determinado en diferentes situaciones y más la admiraremos y alabaremos como persona creativa.


En palabras claras, tenemos más oportunidades de ser creativos cuando profundizamos en lo que hacemos, es decir, cuando “le metemos la ficha” y no nos dejamos distraer por otros objetivos que, si bien son importantes (ningún artista quiere morir de hambre), pueden llegar a distraernos en nuestro trabajo (si solo pensamos en el dinero o en el número de seguidores de Instagram, quizá perdamos de vista lo verdaderamente valioso en el arte que hacemos). No obstante, esto se puede malinterpretar. No se trata de no pensar en modelos de negocios sustentables para la cerámica, esto es fundamental. Más bien se trata de cultivar una higiene creativa, es decir, que en el momento de crear no estemos pensando en mil cosas diferentes e intentando aspirar a mil objetivos diferentes (que sea creativo, que sea lindo, que se pueda vender, que sea fácil de transportar, que se venda bien, que no sea tan caro de producir, entre otros). En la creación pensemos en crear. En el marketing pensemos en el marketing. No olvidemos que se puede ser creativo en cada cosa que hacemos, pero no se puede hacer todo a la vez.


“Las personas creativas experimentan con lo que hacen, por ejemplo, probando distintas formas de elaborar los intentos iniciales (a veces de forma obsesiva si tenemos en cuenta la naturaleza de los modelos y bocetos preparatorios). De hecho, ser capaz de reconocer lo bueno de un ‘accidente afortunado’ y aprovecharlo depende del tipo de perspicacia y dominio que conlleva ser una persona creativa.” (Kieran, 2014, p.127)

¿Qué es una persona creativa y virtuosa?


Hay un momento en el artículo que me parece muy revelador y que me gustaría comentar aquí:

No importa si hablamos de creatividad en el arte, la filosofía o la ciencia. Se necesita honestidad para evaluar correctamente la naturaleza y el valor de lo que se está haciendo; se necesita valor para estar dispuesto a fracasar; se necesita humildad y amplitud de miras para reconocer cuándo uno se ha equivocado; y se necesita perseverancia y fortaleza para seguir trabajando en algo por su propio bien o por el bien de los demás. La virtud como logro del carácter implica en parte la excelencia de la motivación. (Kieran, 2014, p. 132)

Una persona que es ejemplo de creatividad es alguien que ha adquirido cierto grado de maestría y sabe lo que hace cuando se le ocurren ideas o artefactos novedosos y valiosos. Al hacerlo, está motivada por los valores propios del campo en el que se desenvuelve y hace lo que hace por razones que conectan con esos valores de la forma adecuada. La persona verdaderamente creativa no es creativa por casualidad, sino por una disposición de carácter arraigada. Esto es admirable y digno de elogio. Mantenerse fiel a las motivaciones correctas en algún ámbito, evitando al mismo tiempo los innumerables prejuicios y tentaciones a los que estamos sometides por naturaleza, es una tarea difícil.



En la práctica se deduce que, si deseamos cultivar la creatividad o diseñar un sistema educativo orientado a ello, no está bien concebido hacer hincapié en motivaciones puramente extrínsecas. Es mucho mejor hacer hincapié en las motivaciones intrínsecas y diseñar las estructuras organizativas, los sistemas y las recompensas de forma que se perciban como relacionados con los valores internos relevantes de un ámbito y derivados de ellos. La creatividad florece cuando la motivación intrínseca, los valores y las estructuras socioeconómicas se alinean adecuadamente. Tiende a marchitarse cuando no lo hacen (a menos que, como Van Gogh, la creatividad de una persona sea excepcionalmente virtuosa).


Si la creatividad es una virtud del carácter, reconocer la ignorancia es un primer paso para alcanzarla. Si la creatividad es una virtud del carácter, responder las preguntas orientadoras en nuestra práctica es algo que aporta al proceso artístico. Si la creatividad es una virtud del carácter, es encontrar el término medio entre las motivaciones intrínsecas y extrínsecas para crear. Entre repetir los procesos y las formas de siempre e innovar. Entre reconocer la ignorancia y experimentar la curiosidad por aprender algo nuevo. Entre la aceptación de un proceso que no haya llegado a término (que el esmalte no vitrificó, que se me pego la peana al horno, que no amasé bien y se estalló media producción) y la disposición a mejorar y perfeccionar el proceso para reducir variables de riesgo.


Ejercicios prácticos de Creatividad


Facundo Arena y El camino de la creatividad


En su libro El camino de la creatividad, Facundo Arena, diseñador de procesos creativos y de innovación, escritor y productor musical egresado de la Escuela de Música de Buenos Aires, propone un proceso doble: “usted ‘consume’ la información de este libro, pero luego ‘produce’ a través de sus ejercicios.


Si se queda solo con la parte del consumo, se estará perdiendo la verdadera oportunidad de crecimiento […] Cada ejercicio tiene como objetivo aportar un granito de arena a su nueva destreza creativa. El primer paso es comprar un cuaderno de hojas en blanco” (Arena, 2015, p.31). Este libro está disponible en la página web gaiki.org/elcamino. A continuación, compartiré algunos de los ejercicios propuestos por el autor, aunque recomiendo que hagan la lectura integral del texto y paso a paso vayan desarrollando estos ejercicios.

Ejercicios preliminares:


  1. Haga un listado de las cinco mejores ideas de su vida. Pueden ser grandes ideas, pequeñas, útiles o inútiles. Da igual, tienen que ser cinco ideas que usted crea que hayan sido realmente buenas. Anótelas, y al lado de cada una haga una tilde si fue realizada, o una cruz si nunca la pudo desarrollar. Ahí tiene su mapa creativo al día de hoy… ¿Qué tal se ve? Probablemente haya mucho trabajo por delante.

  2. Ahora haga un poco de memoria y piense de dónde obtuvo la inspiración para cada una de ellas.

  3. Dedique algunos minutos a pensar cómo distribuye las horas de su día. ¿En qué momentos de su día cree que puede haber lugar para la inspiración? No importa que la inspiración efectivamente no suceda, simplemente anote los ratitos en los que cree que podría llegar a suceder (camino al trabajo, en la ducha, antes de irse a dormir, en las meditaciones matinales, etc.).

  4. Finalmente, tome un papel y escriba: “¿Cuántos pensamientos productivos tuve hoy?”. Ahora péguelo en un lugar bien visible. Este será su primer recordatorio. (Arena, 2015, p.32)

Sobre la Creencia:

  1. Haga un listado de toda la información que recibe a diario. ¿De dónde proviene? Mails, informes de trabajo, mensajes de texto, radio, tv, revistas, salidas con amigos, los carteles que ve a diario camino al trabajo, las canciones que escucha en este momento, póngalo absolutamente todo en un listado.

  2. Al lado de cada una de esas fuentes de información, anote una tilde si cree que esa información es un aporte importante para su sensibilidad y su sentido creativo, o una “X” si deduce que absorberla resulta solo un gasto de energía insignificante

  3. En breve necesitaremos tiempo, espacio y energía para creer en nuestras ideas. Por ahora, sea consciente del lugar que le da en su mente a la información que recibe a diario. (Arena, 2015, p.44)

Sobre la Inspiración:

  1. Tómese algunos minutos para recordar la última vez que se sintió inspirado. Ahora contextualice ese momento… ¿cómo era su vida?, ¿por qué cree que sintió esa energía inspiradora? ¿Recuerda cuáles eran sus preocupaciones en aquel momento? ¿Qué esperanzas albergaba en su mente mientras se sentía inspirado?. El objetivo no es forzar los momentos de inspiración, sino abrirnos a la mayor cantidad de posibilidades para que la inspiración suceda. A partir de ahora y de aquí en más, cada vez que su cabeza le diga “no”, “no quiero”, “me quiero ir a mi casa”, deténgase un segundo y dele una oportunidad a lo inesperado.

  2. Necesitará crear un canal de inspiración. Las redes sociales son excelentes herramientas para ello. Elija su red social favorita y cree un perfil para recibir solamente contenidos que lo puedan llegar a inspirar (evite seguir otros perfiles con contenidos que puedan distraerle). Este proceso puede tomar varias semanas hasta lograr un flujo de noticias interesante, pero definitivamente vale la pena.

  3. Haga una lista de sus cinco referentes en la vida. Cinco personas que hayan logrado cosas en el campo que a usted le interesa. Tómese un rato cada semana para investigar cómo fueron sus vidas, lea entrevistas. (Arena, 2015, p.60)

Sobre las Ideas:

  1. Ya sean de forma consciente o subconsciente, las ideas se generan por asociación de elementos. Combine dos o tres elementos y tendrá una idea. Combine dos o tres elementos de ámbitos distintos y tendrá una idea original. ¿Qué son los elementos? Todo aquello que forme parte de su vida: experiencias, datos, personas, películas, libros, oportunidades, problemas, etc. Defina un marco de acción (ej. “Pensaré una idea para un relato”), escoja sus elementos, y juegue a asociarlos libremente. Si la idea no aparece, haga su tarea: una vez que tenga los elementos definidos, investigue, busque información, conozca y descubra. Luego apele al poder de la mente desenfocada y descanse, tenga momentos de dispersión: quizás la idea aparezca en esos momentos. Y si no aparece, cuando retome el trabajo de asociación consciente, lo hará con una mente más fresca y energizada.

  2. Quizás alguna de sus ideas ande flotando en su mente una y otra vez. En tal caso, es hora de prototiparla. Escríbala en su cuaderno, dibújela. Haga un esquema en el que se plantee el desafío, su idea y el resultado esperado. Detalle los pasos que cree que serían necesarios efectuar en cada etapa para lograr un proyecto exitoso.

  3. Para condimentar el proceso, investigue cuales han sido las grandes ideas de los grandes referentes dentro de su campo de especificación. Busque información acerca de cómo fue el proceso de desarrollo de cada idea.

  4. Haga de las ideas un tema de conversación interesante y recurrente con los suyos. Comience a pedir ideas a las personas con las que se relaciona a menudo. Sobre cualquier cosa, puede ser desde un consejo para cocinar su próximo almuerzo, hasta una idea para optimizar los gastos del mes.

  5. Si trabaja en grupo, realice el siguiente ejercicio cada vez que se enfrenten a un problema o desafío. Reúnanse con una hoja en blanco cuyo título diga “¿Qué tal si…?”. Abajo, cada uno de los miembros del grupo deberá ofrecer una alternativa para resolver el problema. Lo divertido de este ejercicio es que no debe ser tomado necesariamente “en serio”, pueden escribir locuras y ocurrencias que amenicen la jornada. Hagan rotar la hoja varias veces y completen las dos caras de esta. La solución al problema se esconde en ese material. Combínenlo, analícenlo, retuérzanlo y descubrirán como avanzar. (Arena, 2015, p.82)

Sobre el juego:

  1. La premisa es “sinceridad por sobre seriedad”. Intente ser sincero, no serio, en cada una de las acciones y desafíos de su día a día.

  2. Durante una semana escribirá cada día un texto improvisado en función de una frase aleatoria. Ya hemos visto varias en este libro, puede obtener las suyas propias preguntándole a su familia o amigos. El mero hecho de pedirlas ya es comenzar a jugar con ellos. (Arena, 2015, p. 101)


Keri Smith y Cómo ser un explorador del mundo



En sus libros Cómo ser un explorador del mundo y Destroza este Diario, Keri Smith, autora e ilustradora canadiense, nos propone un camino de acciones y planes a desarrollar en torno a la exploración del mundo que nos rodea. Para ella el arte y la ciencia utiliza el mismo método para explorar el mundo: observar, coleccionar, analizar, comparar, notificar, hacer conexiones.


Smith nos dice que la raíz indoeuropea de la palabra arte significa “colocar” o “encajar” así el arte se puede reducir a su forma más simple: empezamos coleccionando. Algunos métodos sencillos para coleccionar son escribir, bocetar, coleccionar objetos, frotar con un lápiz, presionar, calcar, hacer relieves, transcribir o imprimir.


“Un árbol cualquiera parece muy distinto si lo miramos desde muy lejos o desde muy cerca, vuelve a cambiar sí decidimos mirarlo como si fuera una paleta cromática, a lo mejor optas por estudiarlo en partes separadas, las hojas, la corteza, los patrones de crecimiento, las raíces, también podrías decir analizar el rol de un árbol en una comunidad como punto de encuentro, o por las anécdotas que encierra qué historias podrían contar las personas que viven cerca de él, quién lo plantó, qué sonidos emite, cómo es el espacio que lo rodea, de qué se compone, cómo cambia el árbol de aspecto a lo largo de un día y de un año… la creatividad surge nuestra capacidad de ver las cosas desde muchos ángulos distintos”(Smith, 2021, pp. 18-19).

La siguiente lista incluye algunas categorías que podemos aplicar a los métodos en nuestras investigaciones, podemos optar por ver las cosas de diferentes maneras en cualquier momento: vista, sonido, olor, tacto, gusto, movimiento, forma, textura, función, símbolo, lenguaje (definición - palabras), subjetivamente y objetivamente, comparación, contraste, espacio negativo, simétricamente, color, por partes, anecdóticamente, históricamente, artísticamente, científicamente, moralmente, sincrónicamente, metafísicamente, contextualmente, culturalmente, políticamente, de manera ritual, estéticamente, como un mito, como un hábitat, como un dispositivo, como una señal.

A continuación, les comparto las primeras 10 exploraciones que Smith nos invita a hacer para ser exploradores del mundo. (Smith, 2021, pp. 28-48)


Exploración # 1:

Justo donde estas sentado escribe 10 cosas acerca del lugar donde estás sentado que no habías observado cuando te sentaste.


Exploración # 2:

Redacta una lista de cosas que observas durante tus desplazamientos pueden ser notas breves que incluyan ubicación hora o fecha.


Exploración # 3:

Recopila objetos en función de cómo reflejan la luz, anota sus diferentes cualidades por ejemplo reflectante, translúcido, refractante, moteado, etcétera.


Exploración # 4:

Paseo diario. Recopila objetos cada día en tu caminata, intenta acumular 30.


Exploración # 5:

Lo primero que veas. Empieza una colección basada en el primer objeto que encuentres en tu camino sea lo que sea, tú decides la conexión entre los objetos (forma, color, tamaño, etcétera).


Exploración # 6:

Recopila objetos relacionados con tu infancia o que te inspiren recuerdos escribe una breve historia para cada objeto. Como alternativa recrea objetos de tu infancia con cosas encontradas o materiales a tu alcance.


Exploración # 7:

Un mundo de color. Recopila muestras de pintura de alguna tienda especializada, busca colores que te hagan reaccionar en tu día a día, intenta emparejar las con las muestras. También puedes combinar los colores utilizando un kit de pintura portátil, toma nota sobre los lugares donde veas los colores. Como alternativa, documenta colores de tus libros favoritos, tus sueños y tus recuerdos.


Exploración # 8:

Grietas. Dibuja mapas de las grietas del pavimento de tu barrio. Todos sabemos que cuando empezamos a prestar atención a algo en lo que nunca habíamos fijado realmente lo vemos por todas partes, al final comenzamos a sentir que eso está ahí para encontrarnos y no al revés.


Exploración # 9:

Caja de curiosidades. Recopila objetos que no entiendas o no sepas para qué sirven. Como alternativa crea un museo en miniatura, recopila solo objetos muy pequeños guárdalos en una caja pequeña.


Exploración # 10:

Una cosa. Elige un objeto cotidiano, puede ser algo que encuentras en la calle o qué ya tengas. Observa la mitad superior del objeto durante 15 minutos, anota todo lo que veas hasta el más mínimo detalle; a continuación, haz lo mismo con la mitad inferior cuánto más tiempo observa más cosas verás.


Sobre la autora:

Filósofa de la Universidad Nacional de Colombia, Magister en Project Management IEP,

estudiante del Instituto de Bellas Artes de la Universidad del Quindío (cohorte 2024), miembro

activo de Casa Rumi (casa cultural rural en Vélez, Santander) y de la Mesa Local de Artistas

Plásticos y Visuales de Suba en Bogotá, Colombia. Creadora de Àwòrán: piezas de cerámica

utilitaria y escultórica; modelado con porcelana fría e ilustraciones con acuarela, gouache y

técnicas mixtas. Aquí-ahora investiga sobre Filosofía de la Creatividad y está interesada en

representar la energía creadora, los paisajes y la gente del territorio cundi-boyacense (donde se

crio y vivió 28 años) y quindiano (territorio que la ha acogido en sus montañas desde el 2021).


Bibliografía


Arena, F. (2015). El camino de la creatividad. Laboratorio Gaiki

Aristóteles. (1985) Ética a Nicómaco. Trad. J. Palli, Editorial Gredos.

Kieran, M. (2014). Creativity as a Virtue of Character. En The Philosophy of Creativity. Elliot Samuel Paul y Scott Barry Kaufman editores. Editorial Oxford University Press. La traducción de este texto es mía.

Smith, K. (2021). Cómo ser un explorador del mundo. Editorial Planeta.




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